Quebrada de Humahuaca (todos los días)
La quebrada es una zona árida de belleza paisajística y rica en patrimonio cultural, que se evidencia en las localidades que la jalonan de sur a norte: Bárcena, Volcán, Purmamarca –donde se destaca el Cerro de los Siete Colores–, Maimará, Tilcara -donde se encuentra el Pucará de nombre homónimo-. Perchel, Huacalera, Uquía, Humahuaca y Tres Cruces.
Las condiciones climáticas hacen que el invierno, fresco y seco, sea la estación ideal para visitarla.
Por el suroeste y por el sur, la Quebrada de Humahuaca desciende en altitud y se relaciona a través de valles intermedios como el de Lerma, con la Quebrada del Toro que desciende desde el Oeste (es decir desde el Altiplano) y con los también célebres Valles Calchaquíes.
Toponimia.
La versión más aceptada para el nombre Humahuaca refiere al autoetnónimo de la etnia Omaguaca que habitaba la región. La autodenominación de tal etnia aún es de difícil verificación, aunque tradicionalmente se relaciona con el conjunto arawak; se trataría de una posible mutación fonémica de arawak ya que, en efecto, la etnia omaguaca fue el producto de una mixogénesis que incluyó a los chané —la parcialidad arawak más meridional— con los lickanantai, chichas y paziocas (o "calchaquies").
Una segunda versión atribuye el nombre al idioma quechua en la forma: uma waka, dándole el significado de "cabeza" (uma) y "tesoro". No obstante, se observa que la denominación huaca (de waka, "lugar sagrado") para tesoro es posthispánica en la región.
También existe otro significado de Humahuaca: "cabeza" (huma) y "llorar" (waqay); por ende la traducción indicaría "cabeza que llora". Algunos historiadores sostienen que el nombre hace referencia al lugar de enterratorios de cabezas o sepulcro de cabezas destacadas.
Historia y cultura.
La Quebrada de Humahuaca había sido declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en julio de 2003 por la Unesco, por ser una combinación de maravillosos paisajes, los numerosos caseríos, pueblos y ciudades que conservan muchos vestigios precolombinos y coloniales, como así también su milenaria cultura omaguaca. También hay sitios como el paraje de «Inca Cueva» (nombre relativamente moderno) donde se hallaron señales (petroglifos, piedras talladas, etc.) cuya antigüedad se estima en 10 milenios.
En la Quebrada de Humahuaca, todavía existen los quechuas descendientes de los antiguos pobladores, autodenominados pueblos originarios, y habitan coexistiendo con la naturaleza, la PachaMama (Madre Tierra), el dios del trueno, el rayo y todos los seres vivos a los cuales respetan. Gracias a que mantuvieron su cultura pese a que los invasores Incas intentaron convertirles en servidores de la suya del dios del Sol.
Fue escenario de muchos combates librados durante la guerra de la Independencia y durante la guerra ante la invasión de la confederación Peruano-Boliviana.
Entre sus atractivos está el monolito que indica el cruce del Trópico de Capricornio y el Pucará de Tilcara, fortificación construida por los primitivos pobladores erigida en la cima de las montañas.
Actualmente muchos de estos aspectos pasan desapercibidos, los pueblos originarios antes mencionados se encuentran en un continuo conflicto con el gobierno provincial reclamando la tierra que alguna vez le perteneció a sus antepasados.